Blaine A Mathison, Benjamin T Bradley. Revisión de la presentación clínica, patología, diagnóstico y tratamiento de la leishmaniasis. Oxford Academic-Laboratory Medicine, 2023; 54 (4): 363-37. Institute for Clinical and Experimental Pathology, ARUP Laboratories, Salt Lake City, USA
Resumen Chat DeepSeek
Introducción
La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Leishmania, transmitida por la picadura de flebótomos infectados. Es endémica en regiones tropicales y subtropicales, con manifestaciones clínicas variables según la especie de Leishmania y la respuesta inmunitaria del huésped. La enfermedad se presenta en tres formas principales: cutánea (LC), mucocutánea (MCL) y visceral (LV).
Presentación clínica:
- Leishmaniasis cutánea (LC): Forma más común, caracterizada por úlceras cutáneas en el lugar de la picadura. Las lesiones pueden cicatrizar espontáneamente, pero pueden dejar cicatrices. Algunas especies (p. ej., L. braziliensis) pueden progresar a enfermedad mucocutánea.
- Leishmaniasis Visceral (LV, Kala-azar): Es la forma más grave y afecta a órganos internos (bazo, hígado y médula ósea). Los síntomas incluyen fiebre, pérdida de peso, hepatoesplenomegalia y pancitopenia. Es mortal si no se trata.
- Leishmaniasis Mucocutánea (LMC): Se produce cuando la infección se propaga a las mucosas (p. ej., nariz y boca). Puede causar desfiguración grave si no se trata.
Patología:
Los parásitos de Leishmania
infectan a los macrófagos, evadiendo el sistema inmunitario. Las
formas cutáneas presentan inflamación granulomatosa con amastigotes
en los macrófagos. La LV provoca inflamación sistémica,
organomegalia e inmunosupresión.
- Microscopía e Histopatología: Estrategia de referencia para la leishmaniasis cutánea (identificación de amastigotes en muestras de tejido). Aspirados de médula ósea/bazo para la leishmaniasis visceral (LV).
- Pruebas serológicas: Útiles para la LV (p. ej., prueba rápida rK39, ELISA).
- Métodos moleculares: La PCR ofrece alta sensibilidad e identificación de especies.
- Cultivo: Aislamiento de promastigotes en medios especializados (lento pero confirmatorio).
- Leishmaniasis cutánea: Terapias locales (p. ej., antimoniales intralesionales, crioterapia). Fármacos sistémicos (p. ej., antimoniales pentavalentes, miltefosina) para casos graves.
- Leishmaniasis mucocutánea y visceral: Requiere tratamiento sistémico: Antimoniales (p. ej., estibogluconato de sodio). Anfotericina B liposomal (preferible para la LV por su eficacia y seguridad). Miltefosina (opción oral para la LV en algunas regiones). Paromomicina (alternativa para la LV).
- Resistencia a fármacos (p. ej., resistencia al antimonial en India).
- Necesidad de terapias asequibles y menos tóxicas.
- El desarrollo de vacunas sigue siendo difícil de alcanzar.
Conclusión: La leishmaniasis es una enfermedad compleja con diversas presentaciones clínicas. Un diagnóstico preciso requiere una combinación de métodos clínicos, microscópicos, serológicos y moleculares. El tratamiento varía según la forma y la región, y se necesita investigación continua para mejorar las opciones terapéuticas y las estrategias de control.
(*) Una vez que esta en la pagina del articulo, pulsando el botón derecho puede acceder a su traducción al idioma español Este blog de bioquímica-clínica está destinado a bioquímicos y médicos; la información que contiene es de actualización y queda a criterio y responsabilidad de los mencionados profesionales, el uso que le den a la misma. Nueva presentación el 15 de Diciembre
Dr. Anibal E. Bagnarelli,
Bioquímico-Farmacéutico,UBA.
Cordiales saludos.
Ciudada de Buenos Aires. R. Argentina