Daisy Unsihuay, Ping Wang. Analizar fluidos corporales. ADLM-April 2024. Department of pathology and laboratory medicine at the Hospital of the University of Pennsylvania and the Children’s Hospital of Philadelphia in Philadelphia
El análisis de fluidos corporales es crucial para el diagnóstico y el manejo de diversos procesos patológicos. Estos fluidos se clasifican como muestras fuera de etiqueta porque no cumplen con las especificaciones del fabricante. Por lo tanto, se someten a procedimientos de validación para cumplir con las normas regulatorias, pero los estudios de interferencia en fluidos corporales generalmente se realizan por separado durante este proceso de validación. Esto se debe a que si los estudios de precisión mediante la mezcla de muestras de suero y fluidos corporales no muestran diferencias significativas, ambas se consideran matrices similares. En consecuencia, los valores de corte de interferencia del fabricante para suero y plasma son aplicables a las pruebas de fluidos corporales.
Una revisión de la interferencia de hemólisis, ictericia y lipemia (HIL) en fluidos corporales sugiere variaciones en la frecuencia y magnitud de estas interferencias entre diferentes tipos de fluidos (1). Por ejemplo, los drenajes y fluidos pericárdicos a menudo producen índices H e I más altos en comparación con el suero y otros tipos de fluidos corporales. Cabe destacar que estos fluidos se incluyen con menos frecuencia en estudios de validación en comparación con los fluidos serosos más comúnmente utilizados, como los fluidos ascítico o pleural. Esto plantea preguntas sobre si el enfoque actual de extender las reglas de HIL simplifica excesivamente la complejidad de los fluidos corporales, lo que impulsa consideraciones para el desarrollo de reglas de señalización específicas de fluidos corporales basadas en HIL.
Medición de interferencias
Los estudios sobre interferencia se realizan comúnmente para imitar la interferencia endógena causada por la hemoglobina, la bilirrubina y los lípidos. Para la interferencia de hemólisis, el hemolizado generalmente se prepara a partir de glóbulos rojos y se agrega a la muestra de fluido corporal en concentraciones conocidas. Para simular la nterferencia de ictericia, se agrega una solución de conjugado de bilirrubina a las muestras de fluido. Reproducir la interferencia por lipemia o turbidez es un desafío debido a la ausencia de estándares que puedan dar cuenta de la variedad de lipoproteínas. Un enfoque que se emplea a menudo es agregar una emulsión lipídica, como intralipid, al fluido corporal. En todos los casos, la solución de adición representa el 5-10% del volumen total (2,3). Debido a que no hay umbrales definidos de error total permitido (TAE) para analitos en fluidos corporales, generalmente se adoptan umbrales conservadores del 10-15% para la comparación con el fluido corporal de control. Otro enfoque para evaluar la interferencia implica diluciones utilizando fluidos corporales que presentan índices HIL naturalmente altos y comparando los resultados entre los fluidos corporales diluidos y no diluidos.
Informes de resultados y utilidad clínica
Se pueden adoptar diferentes enfoques para informar los resultados en presencia de interferencias. Algunos laboratorios pueden optar por utilizar las mismas reglas de señalización que para el suero y publicar los resultados independientemente de la magnitud de la interferencia, con un comentario que indique el tipo de interferencia y sugiera que el resultado se interprete con cautela. Otros laboratorios pueden establecer sus propias reglas de señalización para fijar umbrales de interferencia que, de superarse, activarán una revisión para determinar si el resultado debe publicarse según su utilidad clínica o cancelarse si la interferencia es anormalmente alta. Dada la naturaleza irremplazable e irrecuperable de los fluidos corporales, es importante que cualquier resultado informado sea lo más informativo posible a pesar de la interferencia.
Estudios publicados sobre interferencias en fluidos corporales sugieren que los valores de corte son ligeramente diferentes para ciertos analitos en comparación con el suero (2,3).Por ejemplo, un límite de índice H que causa un aumento del 10% en una proteína del líquido pleural puede ocurrir a menos del 50% del índice H listado para el suero. Se debe dirigir especial atención a la lactato deshidrogenasa (LDH) ya que este es el analito más afectado en presencia de hemólisis (similar al suero) y los resultados aumentan rápidamente con cantidades crecientes de hemólisis. Por otro lado, se informa que el análisis de amilasa, creatinina y lipasa en fluidos serosos tienen umbrales notablemente más bajos para la interferencia de ictericia que en muestras de suero. Por el contrario, la mayoría de los analitos presentan una tolerancia similar a la del suero para la interferencia lipémica. Integrar estos resultados con la utilidad clínica es fundamental para asegurar el manejo apropiado del paciente. Por ejemplo, la presencia de hemólisis en un líquido pleural elevaría erróneamente los resultados de LDH y aumentaría el riesgo de clasificar erróneamente un trasudado (<60 % del LSR sérico) como exudado (≥60 % del LSR sérico) según los criterios de Light. Asimismo, la presencia de interferencia ictérica en el líquido pleural puede disminuir erróneamente los valores de colesterol, lo que aumenta el riesgo de clasificar erróneamente un exudado (>45 mg/dL) como trasudado (≤45 mg/dL).
Crear reglas de señalización para todos los analitos y tipos de fluidos es una tarea compleja que exige muchos recursos del laboratorio, que muchos podrían no poder costear. Una posible solución a este problema podría ser adoptar un enfoque específico para cada analito y tipo de fluido para determinar los escenarios en los que se justifican estudios de interferencia adicionales. Esto requeriría identificar las interferencias más comunes para cada tipo de fluido, determinar los analitos con los umbrales más bajos que podrían verse afectados por estas interferencias específicas e integrar todo esto con la significancia clínica basada en estudios publicados. Por ejemplo, un fluido de drenaje Jackson Pratt (JP) enviado para evaluar una fuga pancreática será propenso a la interferencia ictérica. En este contexto, la amilasa se ha documentado ampliamente como un indicador de una fuga pancreática si su valor es tres veces mayor que el del suero. Por lo tanto, es más relevante realizar estudios de interferencia ictérica en amilasa al validar los drenajes JP que en el fluido pericárdico donde no se ha reportado utilidad clínica.
Independientemente del enfoque elegido para informar los resultados en presencia de interferencias en fluidos corporales, la colaboración estrecha entre el laboratorio y los médicos es esencial para interpretar los resultados, especialmente para analitos con una importante utilidad clínica conocida.
2) Acerca de los Criterios de Light
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Cordiales saludos.
Dr. Anibal E. Bagnarelli,
Bioquímico-Farmacéutico,UBA.
Ciudad de Buenos Aires, R. Argentina