Guido Forni, Alberto Mantovani. Vacunas COVID-19: dónde nos encontramos y desafíos futuros. Cell Death Differ. 2021; 28(2) : 626–639. Accademia Nazionale dei Lincei, Rome, Italy y otras Instituciones.
Resumen
En los once meses transcurridos desde la identificación del virus SARS-CoV-2 y su genoma, un esfuerzo excepcional de la comunidad científica ha llevado al desarrollo de más de 300 proyectos de vacunas. Más de 40 están ahora en evaluación clínica, diez de ellos están en ensayos clínicos de fase III, tres de ellos han finalizado la fase III con resultados positivos. Algunas de estas nuevas vacunas están siendo aprobadas para uso de emergencia. Los datos existentes sugieren que las nuevas vacunas candidatas pueden ser fundamentales para proteger a las personas y reducir la propagación de la pandemia. Las plataformas conceptuales y tecnológicas explotadas son diversas, y es probable que distintas vacunas demuestren que se adaptan mejor a distintos grupos de la población humana. Es más, queda por dilucidar si y en qué medida la capacidad de las vacunas en evaluación y de vacunas no relacionadas como BCG puede aumentar la aptitud inmunológica al entrenar la inmunidad innata al SARS-CoV-2 y la protección agnóstica de patógenos. Debido al corto tiempo de desarrollo y la novedad de las tecnologías adoptadas, estas vacunas se desplegarán con varias cuestiones pendientes que solo el paso del tiempo permitirá aclarar. Los problemas técnicos relacionados con la producción de miles de millones de dosis y los peoblemas éticos relacionados con la disponibilidad de estas vacunas también en los países más pobres, son desafíos inminentes que enfrentamos. Nuestro principio es que, a largo plazo, se necesitará más de una vacuna para garantizar un acceso global equitativo, la protección de diversos sujetos y la inmunidad contra las variantes virales.
Hechos
- El brote de COVID-19 ha llevado a científicos de todo el mundo a diseñar vacunas anti-SARS-CoV-2.
- La disponibilidad gratuita de datos científicos básicos ha permitido crear vacunas basadas en plataformas muy innovadoras y dirigidas a objetivos sensibles muy bien definidos.
- El elevado apoyo financiero tanto de consorcios privados como de los gobiernos de varias naciones ha hecho posible desarrollar las nuevas vacunas con extrema rapidez.
- La posibilidad de contar con numerosas vacunas basadas en diferentes tecnologías nos permitirá seleccionar aquellas que puedan ser más efectivas en fases específicas de la pandemia y en diferentes partes del mundo.
- La producción y distribución de miles de millones de dosis de vacunas COVID-19 es el nuevo y difícil desafío.
El esfuerzo creativo y tecnológico que condujo al desarrollo de las vacunas COVID-19 ha cambiado la forma de pensar y diseñar nuevas vacunas para otras enfermedades.
Preguntas pendientes de respuestas
- ¿Podrán las nuevas vacunas controlar la pandemia de COVID-19?
- ¿Habrá vacunas que puedan proteger a los sectores más frágiles de la población humana?
- El desarrollo de vacunas en muy poco tiempo implica necesariamente que aún no es posible conocer su eficacia a largo plazo y sus posibles efectos secundarios.
- ¿Será posible superar los problemas económicos y políticos y permitir que las vacunas COVID-19 estén disponibles con equidad para toda la población del mundo?
Introducción
La esperanza y el revuelo que los medios de comunicación y el público en general están poniendo en tener lo antes posible una vacuna que proteja contra el COVID-19 es el resultado de los grandes triunfos que han tenido y están teniendo las vacunas en el control de las enfermedades infecciosas. Sin embargo, existe una larga serie de enfermedades infecciosas en las que las vacunas son sólo parcialmente efectivas y tenemos una serie de sensacionales derrotas con vacunas. De hecho, cada enfermedad es un problema inmunológico en sí mismo: incluso hoy, con todos los datos a disposición, es difícil predecir qué tipo de vacuna puede ser realmente eficaz. Esta dificultad es aún mayor para COVID-19, una nueva enfermedad en la que los estudios en curso en laboratorios de todo el mundo están agregando nuevos datos a un ritmo acelerado. El SARS-CoV2, y su coronavirus responsable de COVID-19 es un virus de ARN, y estos virus generalmente tienen una alta tasa de mutación. Durante mucho tiempo se ha considerado que la inestabilidad genética representa un desafío para desarrollar vacunas eficaces contra los virus de ARN.
En muchos casos, la recuperación de una enfermedad viral se basa en la acción combinada de los anticuerpos en los fluidos biológicos que neutralizan las partículas virales y la actividad asesina de los linfocitos que rastrean y matan las células infectadas por el virus. Sin embargo, existen enfermedades virales cuya curación depende principalmente, si no exclusivamente, de la respuesta de los anticuerpos y otras en las que la acción destructiva de los linfocitos asesinos es fundamental. El caso de COVID-19 aún no está claramente definido, aunque varios datos sugieren que el principal efecto protector debe atribuirse a los anticuerpos contra la proteína Spike y, en particular, contra su dominio de unión al receptor. A menudo, los pacientes curados muestran títulos altos de anticuerpos neutralizantes del SARS-CoV-2. Los datos sobre el papel de la inmunidad de las mucosas y la IgA e IgM secretoras son escasos. Además, aún no podemos saber cuánto tiempo durará la protección adquirida por los pacientes recuperados. Este punto es de interés ya que, a menudo, la duración de la protección después de la cicatrización corresponde en cierto modo a la duración de la protección proporcionada por la vacuna......