viernes, 9 de octubre de 2020

716- HDL Col. ¿bueno o no tan bueno?

März W, Kleber M E, Scharnagl H, Speer T, Zewinger S, Ritsch A, Parhofer K G, von Eckardstein A, Landmesser U, Laufs U. Colesterol HDL: su re-evaluación clínica. Clin Res Cardiol. 2017; 106(9): 663–675. Medizinische Klinik V, Medizinische Fakultät Mannheim der Universität Heidelberg Germany y otras instituciones.

Resumen

Antecedentes:  Si bien varias líneas de evidencia demuestran que las concentraciones elevadas de lipoproteínas de baja densidad (LDL) contribuyen causalmente al desarrollo de la aterosclerosis y sus consecuencias clínicas, todavía se cree ampliamente que las lipoproteínas de alta densidad ejercen efectos atero protectores. Por tanto, el colesterol HDL (HDL-C) se sigue considerando en general como "colesterol bueno". Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que este podría no ser siempre el caso y que se justificaría una reevaluación fundamental de la importancia clínica del mismo.

Método:  Este artículo se basa en una revisión selectiva de la literatura.

Resultados:  En individuos sin antecedentes de eventos cardiovasculares, las concentraciones bajas de HDL-C se asocian inversamente con el riesgo de futuros eventos cardiovasculares. Sin embargo, esta relación puede no aplicarse a pacientes con trastornos metabólicos o enfermedad cardiovascular manifiesta. La función clásica de las HDL es movilizar el colesterol de los tejidos extrahepáticos para transportarlo al hígado para su excreción. Estas funciones en el metabolismo del colesterol, así como muchas otras funciones biológicas de las partículas de HDL, dependen del número, así como de la composición de proteínas y lípidos de las partículas de HDL que se reflejan pobremente por la concentración de HDL-C. El HDL-C puede incluso ejercer efectos vasculares negativos, si su composición se altera patológicamente. Por lo tanto, en linea con esto, el HDL-C sérico ya no se considera protector.

Conclusión:  A diferencia del colesterol LDL (LDL-C), el HDL-C se correlaciona con el riesgo cardiovascular solo en individuos sanos. El cálculo de la proporción de LDL-C a HDL-C no es útil para todos los pacientes. Un HDL-C bajo debe impulsar el examen de patologías metabólicas e inflamatorias adicionales. Un aumento de HDL-C a través de cambios en el estilo de vida (dejar de fumar, ejercicio físico) tiene efectos positivos y se recomienda.  Sin embargo, el HDL-C actualmente no es un objetivo válido para la terapia con medicamentos.

Epidemiología:   El concepto de que las lipoproteínas de alta densidad (HDL) podrían proteger contra la enfermedad coronaria (CHD) se originó principalmente en estudios epidemiológicos de la población sana, en particular el estudio de Framingham. Los pacientes con cardiopatía coronaria manifiesta con frecuencia presentan un colesterol HDL bajo (C-HDL).  La relación entre el HDL-C y el riesgo cardiovascular no es lineal; por ejemplo, no se observa ninguna mejora adicional en el pronóstico con niveles de HDL-C por encima de  60 mg /dl (1,5 mmol /l). Investigaciones retrospectivas del EPIC Norfolk y del estudio IDEAL muestran que concentraciones muy altas de HDL-C pueden estar asociadas con un mayor riesgo. 

Un estudio de registro reciente de más de 1 millón de veteranos de EE. UU, encontró una relación en forma de U entre el HDL-C y la mortalidad total con 50 mg /dL (1,25 mmol/L) como asociado con la mortalidad más baja . Un análisis muy reciente del estudio de Framingham informa que el valor predictivo del HDL-C se modifica por el colesterol LDL (LDL-C) y los triglicéridos (TG). En comparación con un HDL-C bajo (definido como menor de 50 mg /dl en mujeres y de 40 mg /dl en hombres) de forma aislada, el riesgo aumenta cuando se produce un C-HDL bajo junto con C-LDL y/o TG elevados. También el riesgo cardiovascular (CV) aumenta en un 30% para LDL-C mayor de 100 mg/dl y TG menor de 100 mg/dl o LDL-C menor de 100 mg/dl y TG mayor de 100 mg/dl. Cuando tanto TG como LDL-C son mayor de 100 mg/dl, el riesgo CV aumenta en un 60% .

En resumen:  el HDL-C bajo es un indicador de aumento del riesgo cardiovascular, especialmente en personas sin antecedentes de eventos cardiovasculares; sin embargo, la relación epidemiológica entre el HDL-C y el riesgo es compleja. Las concentraciones reducidas de HDL-C se confunden con frecuencia con otras afecciones pro aterogénicas, en particular la presencia de inflamación y lipoproteínas ricas en triglicéridos pro aterogénicos y sus remanentes, así como LDL pequeñas y densas. La práctica generalizada y continua de calcular la proporción de LDL-C a HDL-C no es útil, porque un HDL-C alto no se asocia con un riesgo reducido, por lo que una combinación de C-LDL alto y C-HDL puede conducir a resultados incorrectos .........

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Dr. Anibal E. Bagnarelli, 
Bioquímico-Farmacéutico-UBA. 
Licenciado en Industrias Bioquímico Farmacéuticas- UBA
Ciudad de Buenos Aires, R. Argentina