viernes, 30 de septiembre de 2011

120- Bioquimica en escala humana

Ken Sikaris. La bioquímica en una escala humana. Clin Biochem Rev 2010, 31, 121-28

Introducción

La “práctica” de la medicina ha sido considerada como un arte, pero se está convirtiendo en una ciencia. El registro y análisis de los parámetros de salud de un individuo están siendo continuamente movidos de la mente del clínico a la historia clínica electrónica, donde se digitaliza su progreso y se mide en números. ¿Pueden los conceptos de calidad de la salud y la enfermedad ser descriptos en términos numéricos? En una serie de artículos sobre "Medicina y las Matemáticas", Altman exploró la unión entre la estadísticas y la ética en medicine (1). Por ejemplo, si la probabilidad de finalización de un embarazo de 4-5 semanas es más de 1:100.000, ¿cómo un médico puede transmitir esto a de sus pacientes, sus colegas o un tribunal? ¿Ello es poco probable o científicamente posible?


Matemáticas y filosofía

La interacción entre las matemáticas y la actividad humana se remonta a la antigua Grecia. Aunque Arquímedes (287 - 212 AC) es considerado el padre de las matemáticas, antes que él, Pitágoras (570 a 490 AC) adquirió fama sobre todo por su teorema sobre las longitudes de los lados de un triángulo rectángulo. Este teorema de la geometría es utilizado en bioquímica clínica como el principio de la suma de la varianza CV Total 2 = √ (CV1)2 + (CV2)2

Alentados por la habilidad de las matemáticas para describir el mundo físico, la escuela de Pitágoras llegó a ser un movimiento religioso y que, en palabras de Aristóteles, «creía que los principios de las matemáticas eran el principio de todas las cosas". La matemática se extendió a la teoría de la música, la astronomía y medicina, y se llego a una conjunción que ha sido representada por el número 4, que simbolizaban a los cuatro elementos fundamentales: fuego, agua, tierra y aire.

Los principales avances en las matemáticas se hicieron en la Edad Media que fue, cuando los eruditos occidentales descubrieron que la enseñanza del griego clásico no solo había avanzado y había sido conservado por los eruditos árabes, sino que también habían mejorado a través de la asimilación de la comprensión de la matemática oriental. Un de los más destacados matemáticos fue Fibonacci (1170-1250) que había sido formado en El Cairo y en Constantinopla donde escribió su Liber Abaci (Libro de Cálculo), en que figuraba el uso del sistema de escritura numérica oriental (Modus Indorum) o los llamados números arábigos que usamos hoy en día.....................




domingo, 25 de septiembre de 2011

119- Sedimento urinario

Baños-Laredo ME., Núñez-Álvarez CA., Cabiedes J. Análisis de sedimento urinario Reumatol Clin. 2010; 6 (5): 268-72

Resumen

El examen general de orina es una de las pruebas más solicitadas dentro del laboratorio de análisis clínicos e incluye el análisis físico, químico y análisis microscópico. En este último, se analiza el sedimento urinario en búsqueda de distintos elementos formes (leucocitos, cilindros, etc.) con diferente utilidad diagnóstica. El análisis de sedimento urinario se puede valorar mediante métodos manuales y automatizados. En el diagnóstico por el laboratorio de las enfermedades autoinmunes el análisis de sedimento urinario esta principalmente orientada hacia el apoyo y valoración renal en pacientes con nefritis lúpica, una de las manifestaciones clínicas más frecuentes en pacientes con lupus eritematoso generalizado. Adicionalmente, su utilidad radica fundamentalmente en su valoración en la mayoría de los criterios diagnósticos y de afección renal, así como en los diferentes índices de daño en pacientes con lupus eritematoso generalizado. En los últimos años, diversos grupos de investigación han buscado nuevos biomarcadores urinarios de afección renal en pacientes con lupus eritematoso generalizado, sin embargo se requiere un mayor número de estudios para determinar su verdadero valor diagnóstico en este grupo de pacientes.


Introducción


Desde el punto de vista del laboratorio clínico una de las pruebas más solicitadas de manera rutinaria es el examen general de orina (EGO), en el cual se realiza el análisis químico (pH, glucosa, urobilinógeno, etc.), análisis físico (color, aspecto) y de manera conjunta el análisis microscópico del sedimento urinario (SU) en busca de elementos formes (eritrocitos, leucocitos, bacterias, cilindros, etc.)1. Si bien es una prueba considerada «de rutina» es de suma importancia su adecuada interpretación ya que nos proporciona datos sumamente importantes. El objetivo de la presente revisión será enfocada al análisis del SU como herramienta de apoyo al diagnóstico y seguimiento en pacientes con lupus eritematoso generalizado (LEG) debido a la alta frecuencia de daño renal en este grupo de pacientes, en base a una descripción de utilidad para el personal clínico y de laboratorio. De manera conjunta se presenta una breve descripción de su importancia clínica y finalmente evidencias que apoyan hacía la búsqueda de nuevos biomarcadores útiles para el diagnóstico y seguimiento de afección renal en pacientes con LEG.


















martes, 20 de septiembre de 2011

118- Gota

Editorial. Fernando Pérez Ruiz. Gota: pasado, presente y futuro. Reumatol Clin. 2011;7(4):217–219

Pasado

     La gota ha sido una enfermedad paradigmática en cuanto a la percepción del alto grado de conocimiento académico que poseíamos de ella. Sin embargo, cuando se han realizado revisiones sistemáticas de la evidencia, hemos encontrado que las lagunas de conocimiento eran extensas y que el empirismo ha guiado la práctica clínica en gran medida.
Varios ejemplos pueden ilustrar esta afirmación. En cuanto a fisiopatología, carecíamos de conocimiento sobre los transportadores renales de urato, teniendo en cuenta que la mayor parte de los pacientes con gota mostraban una inadecuada excreción renal de ácido úrico, bien primaria, bien secundaria. Desconocíamos los principales mediadores de la inflamación, tanto aguda como crónica, en las artritis cristalinas. Sólo conocíamos el mecanismo farmacodinámico del allopurinol, aunque se intuía desde hace 50 años que los uricosúricos interactuaban con algún transportador renal, pero paradójicamente se afirmaba que los diuréticos inducían hiperuricemia por contracción del volumen circulante y reducción del filtrado glomerular o del flujo tubular.
    
 En lo referente al diagnóstico, la variabilidad en la concordancia entre observadores y laboratorios llegaba a hacer cuestionar que el diagnóstico basado en la observación de cristales en muestras biológicas pudiese considerarse como «patrón oro»

     Disponíamos de escasos ensayos clínicos bien diseñados para los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y ningún ensayo comparativo con corticosteroides en pacientes con episodios de inflamación aguda. Desconocíamos con qué fármacos y en qué dosis se conseguía una profilaxis óptima e incluso cuánto debía mantenerse. La profilaxis con AINE era absolutamente empírica, ya que no se disponía de estudios que avalaran su eficacia y seguridad. La cuantificación del depósito de urato se basaba en la presencia de alteraciones en radiografías simples y en la presencia de nódulos subcutáneos compatibles con tofos en la exploración física.


     El tratamiento de la hiperuricemia no salía mejor parado: hasta el año 1999 no se publica el primer ensayo aleatorizado con allopurinol, carecíamos de información sobre la eficacia del allopurinol con dosis elevadas, salvo por escasos estudios abiertos y, de ellos, muy pocos comparativos. Los uricosúricos eran fármacos escasamente empleados, con un supuesto alto riesgo de inducir litiasis renal y recomendándose de forma absolutamente empírica que todos los pacientes debieran tomar alcalinos para conseguir pH urinario superior a 6. Además, en todos los libros de texto y revisiones se les demonizaba por no ser supuestamente eficaces en pacientes con insuficiencia renal leve a moderada.
   
 Por último, en cuanto a medidas de desenlace, desconocíamos si un ataque de gota autorreferido por el paciente era fiable, no se había validado ningún método físico o de imagen para medir los tofos y había discordancia entre los expertos en fijar un punto de corte de uricemia como diana para el tratamiento hipouricemiante....................................

jueves, 15 de septiembre de 2011

117- Anticuerpos antinucleares

Cabiedes J, Núñez-Álvarez C.A. Anticuerpos antinucleares. Reumatol Clin. 2010, 6 (4) 224-30.

Resumen

Los anticuerpos antinucleares son inmunoglobulinas que reconocen componentes celulares autólogos (nucleares y citoplasmáticos). Además de los ANA autoinmunes, pueden estar en circulación ANA infecciosos y naturales. La detección de ANA debe realizarse mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI) en líneas celulares como prueba de tamizado inicial debido a su alta sensibilidad. Una muestra positiva para ANA, detectados mediante IFI, debe confirmarse mediante técnicas más sensibles y específicas como ELISA, electroinmunotransferencia (Western blot) u otras. Los ANA detectados por IFI deben ser evaluados en base al patrón y al título. La detección específica de diversos autoanticuerpos (anti-ENA, ADNcd, etc.) resulta útil en el diagnóstico y seguimiento de pacientes con enfermedades autoinmunes. Por tal motivo, su detección debe realizarse de manera ordenada y razonable, empleando las guías o estrategias enfocadas al buen uso e interpretación de la presencia de autoanticuerpos. El objetivo de la revisión es presentar una recopilación de la literatura y nuestra experiencia en la detección y estudio de los ANA.


Introducción

El estudio de los anticuerpos antinucleares (ANA) se inició con la identificación en pacientes con lupus eritematoso generalizado (LEG) de las células LE, descrito por Hargraves en 1948. La detección de las células LE fue durante mucho tiempo una prueba utilizada para confirmar el diagnóstico de LEG. Sin embargo, años después se demostró su baja especificidad, ya que pueden estar presentes en pacientes con artritis reumatoide (25%), síndrome de Sjögren (15–20%), cirrosis pancreática (33%), hepatitis crónica activa (50–70%) y en otras enfermedades (1–2% miastenia gravis y púrpura trombocitopenia idiopática). En 1959, Holman mostró que el fenómeno de las células LE se debía a la presencia de anticuerpos que reconocen antígenos nucleares. Lo anterior llevó al desarrollo de técnicas como la inmunodifusión (doble difusión radial u Ouchterlony y contrainmunoelectroforesis), hemoaglutinación, fijación de complemento, etc. y de técnicas de microscopía, empleando anticuerpos conjugados con moléculas fluorescentes (inmunofluorescencia indirecta [IFI]) que aumentaron la especificidad y sensibilidad para la detección. Actualmente, la técnica más utilizada para la detección de los ANA es la IFI, la cual fue desarrollada en 1950 por Conns et al y, posteriormente, modificada por Tan4 en 1966, que empleaba como sustratos cortes de hígado o riñón de ratón. Diez años más tarde, publicaron los resultados de la estandarización para la detección de los ANA en pacientes con padecimientos reumáticos.



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sábado, 10 de septiembre de 2011

116- Respuesta inmunitaria

Respuesta inmunitaria. Prof. Dra. Brandan, Nora y col. Profesora Titular. Cátedra de Bioquímica. Facultad de Medicina. Universidad Nacional del Noreste. Argentina 

Introducción

En este trabajo haremos algunas veces de guías de un viaje a través del complejo sistema inmunológico. Un viaje destinado a brindar una mayor comprensión a algunos de los mecanismos más interesantes de nuestro sistema de defensa.
El propósito de este, es dar el puntapié inicial al interés del lector, haciendo un breve y sistemático resumen de la respuesta inmunitaria. Buscando despertar su curiosidad para con la inmunología.

Nuestro viaje comienza con la descripción de los componentes de la inmunidad innata y adaptativa, y ofrecer una exposición detallada de sus mecanismos efectores. La siguiente parada consiste en analizar el importante rol de las citoquinas como un nexo entre ambos tipo de inmunidad. La última estación del viaje a través del sistema inmunológico, trata de realizar una descripción anatomofuncional de la respuesta inmunitaria.

1. Inmunidad Innata

Se conoce a la respuesta inmunitaria innata como la primera línea de defensa del huésped frente a los microorganismos. Este sistema lleva ese nombre debido a que sus mecanismos efectores existen aun antes de que aparezca la noxa.
Esta tipo de inmunidad debe su importancia a básicamente tres funciones:
Es la respuesta inicial a los microorganismos, previene infecciones e incluso puede eliminar completamente a cierto tipo de noxas. Sus mecanismos efectores estimulan a la inmunidad adaptativa e influyen en el tipo de respuesta. La inmunidad adaptativa utiliza, además de sus mecanismos, a los de la inmunidad innata Para comprender estas fenomenos de la inmunidad innata dividiremos su estudio en: la apreciación de sus componentes y sus principales funciones, para luego abordar a sus mecanismos efectores

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lunes, 5 de septiembre de 2011

115- Citometria y discrasia celular


Natividad de los Reyes, Jorge Monserrat-Coll, María V Martínez-Sánchez, José A Campillo, Adela Periago, Consuelo González, Jerónima Ibáñez, José M Moraleda, María R Álvarez-López, Alfredo Minguela-Puras. La citometría de flujo en el estudio de las discrasias de células Plasmáticas. Rev Hematol Mex 2011;12(2):90-98.

Resumen

En la última década, la supervivencia de los pacientes afectados por discrasias de células plasmáticas se ha incrementado, principalmente por el mejor conocimiento de las alteraciones celulares y moleculares implicadas en cada paciente. La citometría de flujo y los estudios genéticos han contribuido de forma decisiva a definir mejor las diferentes afecciones y a establecer pautas terapéuticas adecuadas en cada caso. La citometría de flujo permite caracterizar fenotípicamente las células plasmáticas (CD38++CD138+) y diferenciar las patológicas (generalmente CD19-CD56+) de las sanas o reactivas (generalmente CD19+CD56-), a la vez que proporciona información de marcadores con utilidad pronóstica (CD27, CD28, CD45, CD117, CD200 y CD221). El estudio de la clonalidad de las cadenas pesadas o ligeras de las inmunoglobulinas ayuda a definir y a cuantificar con exactitud el ratio de células plasmáticas patológicas-sanas, otro parámetro con impacto pronóstico. La citometría de flujo aporta información adicional de utilidad pronostica, como la aneuploidía y los índices de proliferación y apoptosis de las células plasmáticas. La elevada sensibilidad de la citometría de flujo multípara métrica hace que sea también una herramienta de utilidad para la monitorización de la enfermedad residual tras el tratamiento, una información predictiva de la evolución de la enfermedad, particularmente de utilidad en la era de los nuevos fármacos, como bortezomib y lenalidomida. Por tanto, la citometría de flujo se ha convertido en una herramienta útil para el diagnóstico, el establecimiento de terapias adaptadas al pronóstico de la enfermedad y el seguimiento de las discrasias de células plasmáticas

Avance en el diagnostico y manejo clínico de las discrasias de las células plasmáticas

El avance de las ciencias básicas aplicadas al estudio de las neoplasias hematológicas ha promovido profundos cambios en los algoritmos terapéuticos. Entre ellos, la caracterización de marcadores en los clones tumorales mediante citometría de flujo ha permitido una mejor tipificación de las distintas gammapatías monoclonales, facilitando así su diagnóstico diferencial. Para explicar el incremento de la supervivencia alcanzada durante la última década en el mieloma múltiple hay que añadir, además, la identificación de alteraciones citogenéticas con impacto pronóstico al diagnóstico, la optimización de las terapias de soporte y, en particular, el mejor conocimiento de la biología y patogenia molecular de las gammapatías monoclonales que ha permitido el desarrollo de fármacos más eficaces. A mediados del decenio de 1990, la mediana de supervivencia del mieloma múltiple era de tres años, mientras que actualmente se estima en más de cinco años; incluido 20% de pacientes con supervivencia que excede los 10 años. En paralelo, se han venido modificando los criterios diagnósticos de las gammapatías monoclonales y los parámetros de estadiaje y  la definición de respuesta al tratamiento …………………

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