domingo, 25 de noviembre de 2018

554- Parasitosis y colon irritable.

Catalina Ibarra, Valentina Herrera, Edith Pérez de Arce, Luis Carlos Gil, Ana María Madrid, Lucía Valenzuela y Caroll J. Beltrán. Parasitosis y síndrome de intestino irritable. Rev. Chil. Infectol. 2016; 33 (3) 2016. Facultad de Medicina, Universidad de Chile 

Resumen

El síndrome de intestino irritable (SII) es un trastorno funcional digestivo de etiología multifactorial. En su fisiopatología se describen diversos factores, tanto biológicos, como psicológicos y ambientales, que afectan el estado de activación de células inmunes en la mucosa intestinal. Entre los factores ambientales se incluye la presencia de alguna parasitosis intestinal. El síndrome de intestino irritable post-infeccioso (SII-PI) es reconocido como un subgrupo de estos trastornos, cuya aparición de los síntomas es posterior a una infección intestinal provocada por agentes microbianos. A pesar de que en Chile hay pocos estudios respecto a la relación entre SII y parasitosis intestinal, se ha descrito la existencia de una asociación positiva entre SII e infecciones por Blastocistis hominis, uno de los parásitos prevalentes en Chile. En otros países, se ha descrito además una relación entre SII, amebiasis y giardiasis. Por la alta prevalencia de parasitosis en nuestro país, existe la necesidad de ampliar los estudios para clarificar la fuerza de la asociación entre parasitosis y SII.

Introducción

El síndrome de intestino irritable (SII) es uno de los trastornos digestivos funcionales más frecuentes, que afecta entre 10 y 25% de la población mundial. Si bien los reportes de prevalencia en Chile son escasos, en un estudio realizado a una población no seleccionada de personas asistentes a centros comerciales de la Región Metropolitana, indicó que alrededor de 28,6% de los individuos estudiados presentaron sintomatología compatible con SII bajo criterios Roma II, principalmente para el género femenino, siendo esta frecuencia levemente mayor a lo reportado en el resto de Latinoamérica. Si bien no causa mortalidad, este cuadro provoca gran deterioro en la calidad de vida de los pacientes, ausentismo laboral y aumento en los gastos en salud pública.

Pese a que en su etiología no está claramente definida la presencia de una alteración orgánica específica, se le considera como un trastorno multifactorial debido a que factores genéticos, ambientales y psicosociales, entre otros, han sido relacionados con la aparición y mantención de su sintomatología. Entre los numerosos factores ambientales se incluye la asociación con infecciones microbianas, dentro ellas las parasitosis.

Las parasitosis intestinales son prevalentes en países subdesarrollados con mal manejo de residuos biológicos, especialmente excretas, y un pobre sistema de tratamiento  de agua potable. En Chile, a pesar de poseer políticas de salud pública dirigidas a la prevención de enfermedades infecciosas, las parasitosis intestinales aún son frecuentes sobre todo en niños, con reportes de 13% bajo 5 años con diarrea, pesquisados en centros centinelas y de 55 y 76% en niños asintomáticos, pertenecientes a las comunas de Colina y Talca, respectivamente.

La literatura científica internacional plantea la existencia de una asociación positiva entre la presencia de parásitos intestinales y la aparición de síntomas de este desorden funcional digestivo, reportes que se caracterizan por ser controversiales debido a la heterogeneidad de los grupos de individuos analizados y del área geográfica en estudio. El objetivo de esta revisión es exponer los antecedentes actuales respecto a la relación que existe entre las parasitosis intestinales y el desarrollo de SII, con el fin de generar una breve discusión respecto a los posibles mecanismos fisiopatológicos que se encuentran asociados a esta relación.

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Dr. Aníbal E. Bagnarelli, Bioquímico-Farmacéutico, UBA. Ciudad de Buenos Aires, Argentina