jueves, 30 de mayo de 2019

591- Métodos ANA

Melissa R. Snyder*. Guía básica para las pruebas de ANA. Clin Labor News 2019. *Profesora Asociada y Consultora del  Laboratory Medicine in the Division of Clinical Biochemistry and Immunology at the Mayo Clinic Rochester, Minnesota. USA   

Los laboratorios deben considerar varios factores claves antes de decidir qué método es el mejor para sus pacientes y personal.

Imagine que su laboratorio ha decidido dar o ya dió el paso de implementar las pruebas de anticuerpos antinucleares (ANA), evitando su derivación. Primero deberías considerara las siguientes preguntas: ¿cuál es el mejor método para las pruebas ANA? ¿qué pasa si su laboratorio ya realiza pruebas de ANA, pero el profesional que ha estado leyendo los frotis  de inmunofluorescencia indirecta (IFI) de ANA durante 30 años acaba de anunciar que se retirará? ¿Es hora de que pasemos de las pruebas IIF ANA a una metodología más reciente?

Estas son preguntas importantes y relevantes, pero sin respuestas fáciles. Esta revisión tiene como objetivo proporcionar información práctica sobre las metodologías de prueba de ANA, incluida su utilidad de diagnóstico y características de rendimiento.

Evaluando ANA: su historia y contexto

Los ANA se refieren a una colección de autoanticuerpos que atacan una variedad de antígenos nucleares y citoplásmicos. Descrito por primera vez hace más de 50 años, los ANA siguen siendo el marcador serológico más sensible para evaluar a los pacientes con sospecha de enfermedades del tejido conjuntivo (TDC), también denominadas enfermedades reumáticas asociadas a ANA (AARD) 

El potencial diagnóstico de los ANA se originó con el descubrimiento de las células LE, descritas como polimorfonucleares poliméricos que contienen material nuclear fagocitado. Las células LE fueron llamadas así porque se encontraron solo en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES). Las células LE podrían producirse in vitro tomando el plasma del paciente y mezclándolo con sangre periférica de controles sanos que se habían "dañado" mediante agitación con bolas de vidrio.

En última instancia, la investigación demostró que la inmunoglobulina del plasma del paciente se unía a los núcleos de la sangre periférica "dañada", que los neutrófilos fagocitaban. Se utilizó IIF para caracterizar esta inmunoglobulina, demostrando su unión específica al material nuclear celular. Esta inmunoglobulina es lo que ahora conocemos como ANA.

La prueba de ANA generalmente involucra dos partes. Primero, para los pacientes con sospecha de AARD, se ordena una ANA de detección para detectar la ANA independientemente de la especificidad del antígeno. En segundo lugar, para los pacientes con resultados positivos del ensayo de detección, las pruebas adicionales caracterizan la especificidad del antígeno de su ANA. 

La identificación de la especificidad del antígeno tiene importantes implicaciones diagnósticas y pronósticas para los pacientes. Aunque docenas de antígenos se han asociado con ANA, solo un pequeño número está disponible para las pruebas clínicas de rutina. Dependiendo del escenario clínico de un paciente, un ANA positivo puede requerir pruebas para anticuerpos de ADN estándar anti-dobles, anticuerpos contra uno o más de los antígenos nucleares extraíbles (SS-A, SS-B, Sm, Scl-70, Jo-1, y RNP), anticuerpos anti-ribosomal P, o anticuerpos anti-centrómero.

Metodologías para pruebas ANA

Los laboratorios clínicos disponen de tres métodos principales como pruebas ANA de detección: inmunofluorescencia indirecta (IIF), inmunoensayo enzimático (EIA) e inmunoensayo multiplex (MIA).

El IIF detecta anticuerpos que se unen a un sustrato de tejido que, para los ANA, generalmente son células HEp-2 fijas. La IIF realiza esta detección con una inmunoglobulina antihumana marcada con fluorescencia. Con EIA, una mezcla de antígenos adherida a una superficie sólida (generalmente una placa de 96 pocillos) ocupa el lugar de las células HEp-2, y la detección se produce a través de una inmunoglobulina antihumana marcada con enzimas. Los MIA se basan en conjuntos de perlas de poliestireno que se distinguen entre sí en función de su marca fluorescente.

Cada conjunto de cuentas se conjuga con un antígeno conocido ANA, y los diferentes conjuntos se combinan en un cóctel de cuentas. Se agrega una muestra del paciente al cóctel de cuentas, y la unión de un anticuerpo del paciente a cualquiera de las cuentas se realiza con una inmunoglobulina antihumana marcada con fluorescencia. ……

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Dr. Anibal E. Bagnarelli, Bioquímico-Farmacéutico-UBA. Ciudad de Buenos Aires, Argentina