Francisco J Merino, Rocío Martínez-Ruiz, Iciar Olabarrieta, Paloma Merino, Silvia García-Bujalance, Teresa Gastañaga María Flores-Chavez. Control de la infección por Trypanosoma cruzi / Enfermedad de Chagas en gestantes Latinoamericanas y sus hijos. Rev Esp Quimioter 2013;26(3):253-260. Grupo de Estudio de la Enfermedad de Chagas de la Comunidad de Madrid y otros.
Resumen
La Enfermedad de Chagas es una infección crónica y sistémica causada por EL Trypanosoma cruzi y según estimaciones de la OMS afecta a 10 millones de personas en el mundo. En los últimos años, en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), la tasa de natalidad en mujeres inmigrantes de origen latinoamericano ha aumentado, y como T. cruzi puede transmitirse de madre a niño, al menos 11 casos de transmisión vertical se han confirmado en la CAM. Por ello, este documento tiene por objeto promover la máxima cobertura en la detección de anticuerpos anti-T. cruzi en gestantes procedentes de zona endémica. Así mediante esta estrategia se realiza una búsqueda activa de embarazadas y recién nacidos infectados para permitir la aplicación precoz de un tratamiento específico y de esta forma, contribuir con el control de la enfermedad de Chagas en un área no endémica.
Introducciòn
La Enfermedad de Chagas es una infección parasitaria crónica y sistémica causada por el Trypanosoma cruzi. Es endémica en América, desde el sur de Estados Unidos hasta Chile y Argentina , excepto en el Caribe.
Es importante mencionar que T. cruzi se transmite por: • Las heces de insectos hematófagos infectados, vectores conocidos como triatominos. Los parásitos, depositados con las heces, penetran a través de heridas de la piel o por las mucosas. Esta vía de transmisión se observa principalmente en países endémicos. • Por transfusiones de sangre y trasplantes de órganos procedentes de personas infectadas. • Transmisión materno-fetal dando lugar a la infección congénita. Una embarazada puede transmitir el parásito en cualquier estadio de la infección y en cualquier momento del embarazo (incluso durante el parto) y en sucesivos embarazos. • Oral, por consumo de alimentos contaminados con las heces de los triatominos o carne de mamíferos infectados poco cocinada. • Por accidentes en el laboratorio, principalmente por el uso de agujas contaminadas.
La evolución clínica de esta infección tiene dos fases:
- La fase aguda comprende desde el momento de la inoculación del parásito hasta 1 a 2 meses después, siendo más prolongada cuando el parásito es transmitido por transfusión sanguínea. En este momento la infección es fácilmente escurable, pero sólo se diagnostica en el 1-5% de los casos. Las principales manifestaciones características de esta etapa son: malestar general, miocarditis, hepatoesplenomegalia y meningitis.
-La fase crónica se manifiesta en 4 formas clínicas: indeterminada, cardiaca, digestiva y neuronal. El 50-70% de los infectados presentan la forma indeterminada de la infección, que se caracteriza por ausencia de sintomatología, y puede durar varios años o toda la vida. El 30-50% restante de los pacientes, después de 20, 30 o más años de infección asintomática, evoluciona hacia las formas sintomáticas. De ellos, 2/3 desarrollan alteraciones cardiacas que pueden provocar la muerte súbita de algunos infectados y el 1/3 restante pueden presentar las formas digestivas en el megacolon o megaesófago.
Es importante mencionar que T. cruzi se transmite por: • Las heces de insectos hematófagos infectados, vectores conocidos como triatominos. Los parásitos, depositados con las heces, penetran a través de heridas de la piel o por las mucosas. Esta vía de transmisión se observa principalmente en países endémicos. • Por transfusiones de sangre y trasplantes de órganos procedentes de personas infectadas. • Transmisión materno-fetal dando lugar a la infección congénita. Una embarazada puede transmitir el parásito en cualquier estadio de la infección y en cualquier momento del embarazo (incluso durante el parto) y en sucesivos embarazos. • Oral, por consumo de alimentos contaminados con las heces de los triatominos o carne de mamíferos infectados poco cocinada. • Por accidentes en el laboratorio, principalmente por el uso de agujas contaminadas.
La evolución clínica de esta infección tiene dos fases:
- La fase aguda comprende desde el momento de la inoculación del parásito hasta 1 a 2 meses después, siendo más prolongada cuando el parásito es transmitido por transfusión sanguínea. En este momento la infección es fácilmente escurable, pero sólo se diagnostica en el 1-5% de los casos. Las principales manifestaciones características de esta etapa son: malestar general, miocarditis, hepatoesplenomegalia y meningitis.
-La fase crónica se manifiesta en 4 formas clínicas: indeterminada, cardiaca, digestiva y neuronal. El 50-70% de los infectados presentan la forma indeterminada de la infección, que se caracteriza por ausencia de sintomatología, y puede durar varios años o toda la vida. El 30-50% restante de los pacientes, después de 20, 30 o más años de infección asintomática, evoluciona hacia las formas sintomáticas. De ellos, 2/3 desarrollan alteraciones cardiacas que pueden provocar la muerte súbita de algunos infectados y el 1/3 restante pueden presentar las formas digestivas en el megacolon o megaesófago.
- La forma neuronal es menos frecuente y se asocia a estados de inmunodepresión, como por ejemplo la co-infección con VIH/ SIDA o tratamiento con inmunosupresores. Es en esta etapa cuando se diagnostica la enfermedad en el 98 % de los infectados. En el pasado, el tratamiento tripanocida durante esta etapa era muy discutido. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que este tratamiento puede reducir la frecuencia de evolución hacia las formas graves del 4 al 14%
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