Fraile JM, Puig JG. Síndrome metabólico, hiperuricemia y gota. Revista Española de Obesidad 2009; 7 (2): 85-90
Resumen
El síndrome metabólico está definido por la concurrencia de varios factores de riesgo cardiovasculares. Supone un aumento del riesgo para la enfermedad cardiovascular y de la mortalidad, tanto global como debida a la enfermedad cardiovascular. En el presente artículo repasamos la evidencia actual de la asociación entre hiperuricemia y síndrome metabólico.
En estudios recientes se ha observado que el urato sérico con frecuencia está elevado en pacientes con síndrome metabólico y que además aumenta con el número de los componentes del mismo. Se ha relacionado la hiperuricema con la infraexcreción renal de urato, que podría estar mediada por la reabsorción de sodio en el túbulo proximal y por la hiperinsulinemia.
Es importante reconocer en la práctica clínica la presencia de síndrome metabólico en pa¬cientes con hiperuricemia o gota para controlar sus componentes y, por tanto, reducir el riesgo cardiovascular. Se necesitan ensayos clínicos a largo plazo para probar la hipótesis de que la terapia hipouricemiante puede reducir el riesgo cardiovascular en estos pacientes.
Es importante reconocer en la práctica clínica la presencia de síndrome metabólico en pa¬cientes con hiperuricemia o gota para controlar sus componentes y, por tanto, reducir el riesgo cardiovascular. Se necesitan ensayos clínicos a largo plazo para probar la hipótesis de que la terapia hipouricemiante puede reducir el riesgo cardiovascular en estos pacientes.
Introducción
El síndrome metabólico es el resultado de la concurrencia de un conjunto de factores de riesgo modificables en un mismo sujeto, asociados a un riesgo aumentado de desarrollar enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus de tipo 2. En los albores de los años veinte se apreció la existencia de una asociación entre los factores de riesgo cardiometabólico. Por entonces, ya se reconoció que estos factores también se asociaban a hiperuricemia y gota.
Reaven acuñó el termino “síndrome X” para describir un trastorno consistente en resistencia a la acción hipoglucemiante de la insulina, hipertensión arterial, aumento de los niveles de triglicéridos y descenso de los niveles de colesterol HDL. Postuló que el rasgo fisiopatológico común era la resistencia a la insulina y que las restantes anomalías probablemente eran secundarias a la misma.
En 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) empleó por primera vez el término “síndrome metabólico”. Los criterios definitorios de dicho síndrome requerían la presencia de diabetes mellitus de tipo 2, glucemia alterada en ayunas, intolerancia hidrocarbonada o resistencia a la acción hipoglucemiante de la insulina (evaluada mediante la técnica del clamp euglucémico), más dos factores de riesgo adicionales. Desde entonces se han propuesto varias definiciones o criterios para establecer el diagnóstico de síndrome metabólico. En 1999, el Grupo Europeo para el Estudio de la Resistencia a la Insulina (EGIR) propuso el término “síndrome de resistencia insulínica” y modificó los criterios, requiriendo hiperinsulinemia en ayunas y otros dos factores con límites distintos de los empleados por la OMS. Uno de esos criterios era el perímetro de cintura aumentado como indicador de obesidad abdominal. En 2001 la National Cholesterol Educational Program Adult Treatment Panel III (NCEP-ATP III) propuso una sencilla definición que requería 3 de los siguientes 5 factores de riesgo :
Reaven acuñó el termino “síndrome X” para describir un trastorno consistente en resistencia a la acción hipoglucemiante de la insulina, hipertensión arterial, aumento de los niveles de triglicéridos y descenso de los niveles de colesterol HDL. Postuló que el rasgo fisiopatológico común era la resistencia a la insulina y que las restantes anomalías probablemente eran secundarias a la misma.
En 1998 la Organización Mundial de la Salud (OMS) empleó por primera vez el término “síndrome metabólico”. Los criterios definitorios de dicho síndrome requerían la presencia de diabetes mellitus de tipo 2, glucemia alterada en ayunas, intolerancia hidrocarbonada o resistencia a la acción hipoglucemiante de la insulina (evaluada mediante la técnica del clamp euglucémico), más dos factores de riesgo adicionales. Desde entonces se han propuesto varias definiciones o criterios para establecer el diagnóstico de síndrome metabólico. En 1999, el Grupo Europeo para el Estudio de la Resistencia a la Insulina (EGIR) propuso el término “síndrome de resistencia insulínica” y modificó los criterios, requiriendo hiperinsulinemia en ayunas y otros dos factores con límites distintos de los empleados por la OMS. Uno de esos criterios era el perímetro de cintura aumentado como indicador de obesidad abdominal. En 2001 la National Cholesterol Educational Program Adult Treatment Panel III (NCEP-ATP III) propuso una sencilla definición que requería 3 de los siguientes 5 factores de riesgo :
Criterios del Síndrome Metabólico: (National Cholesterol Educational Program Adult Treatment Panel III) Factores de riesgo : Obesidad (Perímetro abdominal): Hombres ≥ 102 cm Mujeres> 88 cm. Triglicéridos ≥ 150 mg/dL (> 1,70 mmol/L). Colesterol HDL Hombres< 40 mg/dL (< 0,52 mmol/L), Mujeres < 50 mg/dL (< 1,29 mmol/L) Presión arterial ≥ 130/85 mmHg. Glucosa en ayunas ≥ 100 mg/dL (≥ 6,12 mmol/L) ……(continúa)…………